PescaMar

La primavera, junto con el otoño, es el mejor momento para practicar la pesca con señuelos, ¿pero por dónde y con qué empezamos? Esta estación despierta del letargo a muchos seres que se mostraban un tanto apáticos durante los meses más fríos, e incluso llegan algunas especies de carácter pelágico que realizan migraciones; el aumento de la temperatura y de las horas de luz lleva a muchas especies a criar, y ello provoca un incremento hormonal en ellas que suele incitarles a atacar más, sea por apetito sea por territorialidad.

La primavera marca una línea de salida para la mayoría de aficionados al surfcasting que en estas próximas semanas nos volcaremos en la búsqueda de los pesqueros que ya comienzan a dar signos de una actividad creciente de herreras y doradas, alternando con otros pesqueros tal vez más de “recurso” en los que podemos dedicar unas cuantas jornadas a lo largo de estos próximos meses a la búsqueda de otros peces, como sargos y lubinas en condiciones concretas de mar, o intentar coincidir con la entrada o paso de los bancos de otras especies, como los ballestas y las palometas, dos objetivos muy apetecibles, porque si entra un buen banco, la diversión y un buen número de capturas están asegurados; y además, si entran, atentos, porque también pueden hacerlo peces de la talla y del calibre de la serviola o de la chova, que tal vez nos deparen alguna sorpresa de ésas que nos dejan la bobina sin sedal.