PescaMar

Número 163 / Octubre 2016

Sudán, pesca tropical en el Mar Rojo. Spinning: Los mejores señuelos para las llampugas. Surfcasting: Anjovas con cebo desde los arenales. Especies: Pescamos doradas de otoño desde espigones. Biología: Cómo regulan los peces su densidad poblacional. Pruebas: Poteras y pajaritos DTD, puro lujo desde Croacia. Embarcación: Mediterranean jigs, el regreso de la pesca vertical.
PescaMar 163
Artículos destacados
Viajes de pesca
Sudán: El gran desconocido de la pesca tropical
Esta aventura surgió casi por casualidad; terminando los preparativos para un viaje a Madagascar, mi amigo Jamie Triay, de Gibrocktuna, me comentó que había unos chicos italianos con un chárter de pesca en el mar Rojo sudanés, y que tenían algunas plazas libres para pescar en los mejores sitios al sur de Port Sudán. Alguno de esos sitios llevaba dos años sin ver un señuelo bañarse en sus aguas, y además seríamos los primeros españoles en pescar ese destino tan poco conocido.
Especies
Llampugas: Los mejores señuelos para el demonio verde
La llampuga es uno de los peces más deportivos del mundo; los pescadores de spinning del Mediterráneo y las Canarias andan ya esperando a esta especie, que durante los próximos meses se acercará a nuestras costas, siendo ejemplares de poca entidad en el primer mar citado (hasta los 3 – 4 kilos en el mejor de los casos), entrando entre finales de Agosto y Noviembre, mientras que las islas Canarias ofrecerán una pesca más tardía y esporádica en sus cantiles, pero mucho más espectacular, al contar con la captura de verdaderas llampugas tropicales de muchos kilos de peso, todo un reto para cualquier pescador del mundo, máxime al darse pescando desde la propia orilla.
Surfcasting
La pesca de la anjova a surfcasting
La anjova tiene varios nombres; el científico es Pomatomus saltatrix, aunque en Andalucía se la conoce como anchova, o como chova, y en otras zonas es conocida como lirio; en Almería y buena parte del Mediterráneo se la llama más anjova, o dorado, conociéndose en Cataluña con el nombre de tallahams (corta anzuelos), nombre que se debe a la capacidad de su poderosa mandíbula para cortar cualquier gameta que se cruce en el camino de sus poderosos dientes, afilados como cuchillos, capaces de cortar nuestras líneas por gruesas que sean a poco que entren en contacto con ellos, aunque de eso hablaremos más adelante.