FederPesca

Se podría afirmar que es la misma cantinela de todos los años, y a decir verdad no por estar tan manoseado este asunto deja de interesar. Es probablemente la cuestión última a la que se tiene que enfrentar un mosquero la previa de la apertura, en muchos casos supeditada a cómo haya sido el invierno, ya que si las precipitaciones en forma de nieve han sido abundantes el asunto se complica en los tramos naturales de nuestros ríos, reduciéndose en los regulados, pero no por ello asegurándonos al cien por cien la pesca en estos últimos.

Ya hace muchos años que pesco black bass, años en los que he salido a pescar a multitud de enclaves distintos, embalses serranos, ríos urbanos como la dársena del Guadalquivir, riveras, lagunas y charcas naturales y de regadío e incluso canteras abandonadas en la que uno se quita el mono de pesca. Pues bien en todos y cada uno de estos ecosistemas hay un artificial que no falla, uno que imita a varios peces pasto e incluso a un pez persiguiendo a varios peces pasto para comérselos, un artificial que parece ser como la llave maestra para este pez, sea cual sea la alimentación de éste en ese enclave, no hará ascos a la spinnerbait.

Principios de mayo, un día sin viento, una ligera lluvia y algo de bruma nos espera. En el termómetro cinco grados y en las cimas de las montañas la nieve comienza a asomar. Los árboles aún sin hojas comienzan a brotar y los osos recién salidos de su letargo, ya tienen hambre. El valle Kitimat, en la Columbia Británica, espera tranquilamente la llegada de la primavera.