Federcaza

Estas semanas deparan buenas oportunidades para cazar en monte más o menos apretado, la caza parece sujetarse un poco más, y si le ponemos empeño y estrategia, posiblemente regresemos con algunas piezas de pelo y pluma. Pero en una temporada mala para perdices, hemos de realizar un nuevo enfoque para que los perros trabajen y podamos aprovechar las oportunidades. En terrenos que tienen conejo, alguna liebre, y que en determinados enclaves suelen atraer a becadas, la pregunta es ¿podemos hacer compatible la caza de conejos y becadas? Creo que sí.

Cada año que pasa más complicado se hace entender los movimientos migratorios de torcaces y zorzales, que se convierten en los presumibles protagonistas de la temporada para muchos cazadores de migratorias que, desde mediados del mes de octubre, no dejamos de estar atentos a las informaciones que nos van dando de los conteos del norte de país y de Europa.

En una temporada tan escasa de caza como ésta, los cotos donde el ojeo es la modalidad principal, en terrenos tanto de labor como de sierra, están dosificando las cacerías para equilibrar la presión y asegurarse de que quede perdiz de sobra de cara a futuras campañas. Por ello, muchos cotos optaron por dar algunas batidas en octubre y noviembre y dejar algunos cuarteles, o las segundas vueltas, para finales de temporada, ya con un campo más duro, perdices mucho más hábiles y el tiempo siempre incierto. Así que toca comentar algunos aspectos relativos a cómo aprovechar bien estos últimos ojeos, pues enero abre las puertas del campo donde la patirroja, fuerte y brava, nos retará ya en el nuevo año.