Federcaza

Número 361 / Enero 2016

¡Vamos a las liebres! Y, además, otras diez opciones venatorias. Diez lances habituales de final de temporada. Tiempo para el reclamo de perdiz. Monterías y esperas bajo cero. Batidas y recechos invernales corceros. Migratorias: Un año de becadas escasas y esquivas. Rifle: Mauser M-03 Basic con visor Zeiss HT 2-12x56. Escopeta: Breda Ermes Black. Y también, con este número de Federcaza, el mejor DVD cinegético.
Federcaza 361
Artículos destacados
Caza menor
¡Vamos a las liebres! …y dejar tranquilas a las perdices
Las perdices silvestres están bajo mínimos, no se las caza apenas y siguen sin recuperarse. A estas alturas de la temporada de caza menor, lo mejor que podemos hacer en nuestro coto es dejar tranquilas a las patirrojas y centrarnos, si nos es posible, en las liebres, que han tenido un mejor año, o en especies migratorias como zorzales, torcaces o becadas.
Lances
Ante la caza fuerte y brava de enero: 10 lances habituales de final de temporada
Con enero el campo se sosiega y el cazador ha de templar su estrategia para intentar acertar, pues a estas alturas de la temporada es frecuente que con una o dos, a lo sumo tres, oportunidades despachemos la jornada. El campo va ofreciendo colores vistosos e incluso el solecillo se hace hueco en las mañanas frías, jornadas con enorme sabor a caza de verdad y con la confianza puesta en nuestro perro, curtido y experimentado ya tras semanas de caza, y en nuestra forma física que nos permite ahora cazar horas y horas a buen ritmo. Enero, recta final de la temporada de menor, nos obsequia con lances típicos de últimos de la campaña cinegética, por ello, vamos a comentar en estas páginas diez lances más o menos frecuentes y típicos de estas últimas salidas.
Caza mayor
Monterías y esperas bajo cero
Cazar con temperaturas bajo cero, bien sea de montería o apostados de espera, siempre es un reto para la integridad física del cazador. Los animales en esta época derrochan facultades e instinto, nada que ver con lo que sucedía en los albores de la temporada, y cada lance que se vive en el crudo invierno con la nieve y el frío por testigos, la dificultad del mismo lo engrandece. Aunque tampoco es menos cierto que el permanecer tres o cuatro horas inmóviles en un puesto soportando temperaturas mínimas tiene más de acto heroico que de placer venatorio.